- Psic. César Ricardo Colina
- 8 may
- 2 Min. de lectura

En Neura Institute, el diagnóstico diferencial entre Altas Capacidades Cognitivas (AACC) y Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) se realiza de manera integral, combinando herramientas clínicas, neuropsicológicas y neurofuncionales.
¿Por qué es importante hacer este diagnóstico diferencial?
Porque muchos niños y adolescentes con AACC pueden parecer distraídos, inquietos, desorganizados o con bajo rendimiento escolar, pero no tienen TDAH. La clave está en identificar si la causa del comportamiento es una dificultad o una diferencia de procesamiento.
Procedimiento paso a paso en Neura Institute
1. Entrevista clínica con padres y paciente
Recopilamos antecedentes familiares, escolares, emocionales y conductuales.
Se identifican momentos clave del desarrollo, intereses, estilo de aprendizaje y posibles signos de frustración escolar o desmotivación.
2. Evaluación neuropsicológica tradicional y con realidad virtual completa
Se aplican pruebas estandarizadas para medir:
Coeficiente intelectual (CI), razonamiento verbal, abstracto y lógico.
Atención sostenida, selectiva y control inhibitorio.
Memoria de trabajo, velocidad de procesamiento.
Regulación emocional y flexibilidad cognitiva.
3. Mapeo cerebral cuantitativo (qEEG) y/o LORETA
Evaluamos la actividad cerebral en estado de reposo y durante tareas.
Identificamos patrones compatibles con TDAH (como exceso de theta o enlentecimiento cortical) o con AACC (como hiperconectividad en redes ejecutivas o aumento de actividad en regiones frontales).
4. Análisis integral de resultados
Se contrastan los datos objetivos con la observación clínica y el contexto escolar.
Si hay AACC, se analiza si hay coexistencia con TDAH o si los síntomas conductuales se explican por falta de reto o desajuste educativo.
5. Informe y devolución con orientación personalizada
Entregamos un informe detallado, comprensible para la familia y útil para la escuela.
Incluye un plan de acción con recomendaciones terapéuticas, académicas y familiares.
¿Qué beneficios tiene este enfoque?
Evita diagnósticos erróneos y tratamientos innecesarios.
Permite canalizar el potencial del paciente si hay AACC.
Identifica necesidades emocionales, sociales y cognitivas reales.
Orienta a la familia y escuela con evidencia objetiva y estrategias prácticas.
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