- Psic. César Ricardo Colina
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LORETA vs. TAC: ¿estructura o función del cerebro?
Cuando hablamos de estudiar el cerebro, hay dos preguntas clave: ¿cómo está hecho? y ¿cómo está funcionando? La tomografía radiológica (TAC) responde a la primera; la tomografía LORETA de biomarcadores neuropsicológicos responde a la segunda. Entender ambas ayuda a tomar mejores decisiones clínicas y terapéuticas.
¿Qué es LORETA?
LORETA es un análisis funcional basado en electroencefalografía (EEG) que estima, en 3D, la actividad eléctrica de distintas regiones y redes cerebrales. Su objetivo es identificar biomarcadores asociados a procesos como atención, memoria, lenguaje, regulación emocional y funciones ejecutivas.
Para qué sirve: perfilar el funcionamiento de redes, orientar neuromodulación y neurofeedback, y monitorear cambios funcionales a lo largo del tratamiento.
Ventaja: no usa radiación y aporta información directa sobre el rendimiento de los circuitos cerebrales.
IMAGEN TÍPICA DE UNA TOMOGRAFÍA FUNCIONAL (LORETA)
¿Qué es la TAC?
La Tomografía Axial Computarizada es un estudio estructural con rayos X que genera imágenes detalladas del cerebro.
Para qué sirve: detectar lesiones, tumores, hemorragias, infartos, fracturas y malformaciones.
Ventaja: rapidez y precisión para identificar problemas anatómicos, crucial en urgencias o cuando hay sospecha de daño estructural.

¿Cuándo se indica cada una?
LORETA: dificultades de atención/aprendizaje, trastornos del ánimo y ansiedad, insomnio, dolor crónico, tinnitus, perfiles del neurodesarrollo, seguimiento de terapias.
TAC: golpes en la cabeza, síntomas neurológicos agudos, cefalea con signos de alarma, sospecha de tumor o sangrado.
Comparativo rápido: Tomografía LORETA vs. Tomografía radiológica (TAC)
Aspecto | LORETA (biomarcadores neuropsicológicos) | Tomografía radiológica (TAC) |
Tipo de estudio | Funcional (actividad eléctrica cerebral) | Estructural (imágenes anatómicas) |
Qué mide | Patrones relacionados con atención, memoria, lenguaje, regulación emocional y redes ejecutivas | Lesiones, tumores, sangrados, malformaciones, cambios anatómicos |
Tecnología | EEG + estimación 3D (sLORETA) | Rayos X (cortes seccionales) |
Radiación | No | Sí (dosis controlada) |
Salida clínica | Biomarcadores funcionales que orientan terapias personalizadas (p. ej., neuromodulación, neurofeedback) | Hallazgos anatómicos que orientan manejo médico/quirúrgico |
Uso típico | Dudas sobre funcionamiento cognitivo-emocional, endofenotipos, planificación terapéutica | Urgencias neurológicas, traumatismos, sospecha de tumor/hemorragia |
Limitación principal | No detecta lesiones anatómicas | No informa sobre desempeño funcional de redes cerebrales |
Complementariedad | Alta: puede explicar la “conducta” del cerebro | Alta: muestra la “estructura” del cerebro |
Beneficios y limitaciones
LORETA permite “ver cómo trabaja” el cerebro, pero no muestra lesiones anatómicas.
TAC muestra “cómo está construido” el cerebro, pero no describe cómo se desempeñan sus redes en tareas cognitivas o emocionales.
¿Se complementan?
Sí. En muchos casos, ambos responden preguntas distintas y necesarias: la TAC confirma/descarta daño estructural, mientras LORETA guía la intervención funcional (p. ej., plan de neuromodulación y neurofeedback), y permite medir el cambio durante el tratamiento.
Puntos clave para pacientes y familias
Seguridad: LORETA no utiliza radiación. La TAC utiliza una dosis controlada cuando está clínicamente indicada.
Decisión informada: elegir el estudio depende de la pregunta clínica (estructura vs. función).
Ruta terapéutica: si la prioridad es mejorar atención, memoria, lenguaje o regulación emocional, LORETA añade valor al plan de tratamiento; si se sospecha lesión, la TAC es prioritaria.
Conclusión: no compiten, se complementan. La TAC mira la estructura; LORETA, la función. Juntas ofrecen una visión más completa para un plan clínico y terapéutico realmente personalizado.
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