- Establezca límites claros con sus consecuencias lógicas: los niños necesitan y piden indirectamente límites ya que eso les brinda seguridad y confianza en el adulto, pero evite el uso de castigos y haga referencia a las consecuencias lógicas de sus elecciones. Ejemplo: "Vamos a salir y debes darme la mano en la calle. Si no lo haces, entiendo que me estás diciendo que la próxima vez eliges no salir a pasear".
- Sea comprensiva: La empatía y comprensión de sus emociones les permite calmarse y acceder a lo que se le pide. Cuando le pida que venga a comer mientras el niño está entretenido con algo y por eso sólo responde "¡YA VA!", acérquese y dígale que entiende que es difícil dejar algo que le gusta y le está divirtiendo, pero que, en cuanto termine de comer, podrá volver.
- Refuerce el buen comportamiento: Muchas veces, sin darnos cuenta, prestamos más atención a nuestro hijo cuando se porta mal. Es importante hacernos conscientes de esto y reforzar más conductas positivas a través de nuestra atención y palabras. Por ejemplo: "Me encantó como hoy no corriste por el supermercado y más bien me ayudaste a colocar los víveres en el carrito. Estoy sorprendida de lo grande que estás."
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