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Si percibe a sus hijos ansiosos, preocupados, nerviosos frente a la situación de pandemia, no son los únicos. La incertidumbre y temores que vivenciamos los adultos, en mayor o menor grado, también son experimentados por nuestros hijos, bien sea por la cantidad de información que reciben, el confinamiento y aislamiento, así como aquello, que sin darnos cuenta, les transmitimos.


Nuestro equipo de psicólogos han recogido una guía de recomendaciones para que los padres puedan apoyar a los niños en el manejo de sus emociones ante la incertidumbre de los tiempos actuales:

Permítales reconocer sus emociones: Es muy importante que los niños se puedan sentir libres de expresar cómo se sienten, sus temores, dudas, preocupaciones, tristezas; sin sentirse evaluados o juzgados. El poder comunicar sus vivencias evita que, dentro de sus mentes, las fantasías terroríficas crezcan y se les dificulte encontrar seguridad y paz. También es importante que los padres lo apoyen colocándole un nombre o etiqueta de lo que experimentan: "veo que te sientes triste por no poder ir al colegio y ver a tus amigos", "creo que te preocupa que tu abuelito se enferme".


Valídele sus emociones: No lo juzgue cuando exprese lo que piensa o siente. Realice una escucha activa y atenta, observándolo a los ojos y estando presente para él. Evite decirle: "no deberías sentirte así". Lo que siente es importante para él y va a manejarlo con mayor facilidad si usted lo acepta y lo acompaña en ese sentimiento.


Ofrézcale oportunidades para canalizar sus emociones: Si tiene la oportunidad de salir, realizar algún deporte al aire libre, eso podría ayudarlo mucho. Si debe permanecer en confinamiento déle la oportunidad de que exprese bien sea gritando, pagándole a una almohada, etc. Lo importante es mover la energía que está en las emociones.



Evite que reciban exceso de información: En estos días los noticieros se encuentran muy enfocados en la pandemia. Es importante que los niños sepan cuáles son los cuidados básicos para evitar el contagio, pero el exceso de información sobre situaciones que no están en su control, incrementa la ansiedad de manera innecesaria.


Ayúdelos a enfocarse en aspectos positivos: Pueden realizarse de manera conjunta preguntas como: ¿qué está yendo bien?, ¿qué cosas te gustan en este momento?. El ejercicio de agradecer por lo que tenemos (salud, comida, juguetes, familia) ayuda a cambiar la perspectiva hacia lo positivo.



El realizar prácticas meditativas simples que lo ayuden a ir dentro de sí, a un espacio de calma, harán que el niño sienta que tiene mayor control de la ansiedad. La llamada respiración consciente, en la que nos enfocamos en observar la entrada y salida del aire en nosotros mismos, es una práctica sencilla y con muchos beneficios. El dedicar unos minutos a esa práctica diaria favorecerá la sensación de fortaleza interna.


Mantenga contacto con sus compañeros, amigos, familiares a fin de que se sienta menos aislado y acompañado. El entorno social-afectivo puede ser un elemento importante de contención en nuestros hijos.


Pida ayuda cuando lo necesite: Algunos padres se encuentran tan ansiosos por la situación, que se les dificulta apoyar a sus hijos. Los profesionales están a su disposición para apoyarlo, tanto a usted como a sus hijos, cuando lo requiera. La orientación y acompañamiento de un psicoterapeuta es una herramienta valiosa con la que todas las familias pueden contar para poder sobrellevar los tiempos difíciles.


Autor: Psic. Valeria Padrón



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