
Depresión, ansiedad e insomnio pueden estar relacionadas con la forma de manejar el estrés de cada persona:
Durante el día los insomnes pueden presentar síntomas de hiperactivación diurna incluyendo el incremento de la tensión arterial y ritmo cardiaco, de la hormona relacionada al estrés (cortisol) y su cerebro puede presentar un exceso de ondas delta y theta causando somnolencia, así como un ánimo depresivo ansioso.
De hecho, sostienen P Medrano y MJ Ramos Platón en su investigación Alteraciones cognitivas y emocionales en el insomnio crónico, "Se da una alta comorbilidad entre insomnio y ansiedad-depresión. La ansiedad-depresión provocada por la internalización de las emociones predispone al insomnio, y éste, a su vez, intensifica la depresión"
Eso es así porque "un factor predisponente que desempeña un importante papel es la vulnerabilidad al insomnio, que se relaciona con un modo no adaptativo de afrontar el estrés (centrado en la emoción en vez de en el problema) y la internalización de las emociones negativas, lo cual favorece un estado de hiperactivación fisiológica, cognitiva y emocional que altera el sueño y puede desembocar en insomnio'.
Fuente: P. Medrano-Martínez y M.J. Ramos-Platón REV NEUROL 2016;62:170-178]PMID: 26860722DOI: https://doi.org/10.33588/rn.6204.2015334
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