Es importante que el niño sienta que la maestra es un apoyo para él y no alguien que lo señala constantemente por no terminar las tareas, levantarse de asiento o distraerse.
El niño se va a concentrar mucho mejor si le ofrecen momentos de movilidad constructiva dentro del aula tales como repartir cuadernos a sus compañeros, borrar la pizarra o llevar un mensaje fuera del salón, agradeciéndole siempre por su ayuda.
La maestra también puede llegar a un acuerdo con el alumno para apoyarlo cuando se distraiga en su asiento: recortando un círculo rojo y colocándolo en su butaca dará el mensaje que se está distrayendo y así le recordará que debe volver a la tarea.
De esta manera el maestro funge como apoyo y disminuyen los llamados negativos de atención, preservando su autoestima.
Autor; Psic. Valeria Padrón
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